Los sobrinos del tío Sam

BLANCOS, AMARILLOS, NEGROS...
Welcome to America

La transformación del doctor Rene Bokoko fue una de las mayores réussites, como diría él, o achievements, como diría ella -miss Lena Clarison- o éxitos, como diría yo mismo, del Servicio de Relaciones Públicas de la "Worldbridge International Fundation", de Washington D. C.
Yo, en mi calidad de compañero de cuarto del doctor Rene Bokoko, fui un testigo privilegiado de aquel rápido y feliz proceso.
Tres días bastaron para que el mundo de ideas -sobre todo el mundo de ideas sobre América- del doctor René Bokoko sufriera una transformación completa. Y ello para mejor.
PRESENTACIÓN
Con el título de LOS SOBRINOS DEL TÍO SAM, la Editorial Popular publica ahora seis de los trece relatos de humor que, sobre el modo de vida de los americanos del Norte y con el título de LOS AMERICANOS EN AMÉRICA, fueron publicados en 1970 por la Editorial Dopesa en un volumen hace tiempo y tiempo agotado. Han pasado más de veinte años desde que escribí estos relatos. No he vuelto a los Estados Unidos desde que entre 1965 y 1967, como profesor becario Fulbríght, enseñé allí lengua y literatura españolas en universidades de Maine y Nueva York. Lo que a menudo he hecho ha sido preguntar a amigos y conocidos míos con experiencia más reciente o que ahora mismo viven en aquel país si los relatos que yo escribí hace ya tanto tiempo son todavía de actualidad. Las contestaciones han sido siempre afirmativas. Ciertamente referencias como las que hago en algunos de mis relatos a cosas como la guerra de Vietnam, que cuando yo estaba en América se luchaba, están fuera de tiempo, pero, para dar la idea que quiero dar de cómo son los norteamericanos en su propia salsa, no creo que estén en este libro fuera de lugar, y las mantengo.
Como sigo manteniendo lo que ya decía en la Introducción a LOS AMERICANOS EN AMÉRICA: «Yo podía haber escrito en un tono distinto sobre muchos temas -las ciudades, los colegios, la religión, la política, la publicidad, la propaganda, la cuestión racial, las drogas, la violencia, la abundancia...- de que aquí trato.
«En lugar de escribir en tono serio, decidí hacer humor. Por dos razones: Porque parece ser que yo tengo una cierta inclinación a, mejor o peor, hacerlo, y porque estoy convencido de que el humor es muy efectivo, de que es un muy buen vehículo para llevar ideas.
«Pero el escritor de humor tiende a la caricatura y ésta consiste en conseguir una cómica imagen del modelo por medio de la exageración de sus rasgos, a menudo sus defectos. ¿He destacado yo demasiado, en "an unfair way", los que han de ser considerados como defectos de América? Quizás. Déjeseme entonces hacer ver que muchas de las cosas que aquí critico no son propias de América porque es América, sino del nivel de vida que los americanos han alcanzado y que otros por todas partes se esfuerzan por alcanzar. Cuando estos otros lo alcancen, si es que llegan, descubrirán con asombro que un nivel de vida muy elevado no quiere necesariamente decir un modo de vida muy agradable."
De hecho, cosas como los atracos en los ascensores y en el metro, de que hablo en «El crimen de artesanía "made in América"», y algunas a las que me refiero en "El método psicoanalítico del Dr. Pyconsky", relatos que antes de aparecer en el volumen de Dopesa habían aparecido en números de domingo de ABC y motivado el que algunos lectores me preguntasen si ese tipo de cosas podían suceder en el país del dólar, ya no extrañan a nadie de los que, mucho más modestamente que los americanos en el suyo, vivimos ahora el consumismo en el país de la peseta.
Juan Pablo Ortega