Escritor, profesor, dramaturgo, laicista... Contenido | Principal | Contactar | Buscar | Índice

El año que vino Eva Perón


Texto de la primera página

Portada de El año en que vino Eva Perón.- 1 -

-A menudo perdemos la vida en lo que hacemos para ganárnosla -solía decir el Viejo Sildo. Y algunas veces decía también que antes había trabajado y había luchado mucho, pero que ahora ya no.

-Ahora -entornaba los ojillos hasta hacer que parecieran chispas, se pasaba la mano por la barba, y decía-, ahora prefiero que se me vaya el tiempo en vivir.

La vida se la ganaba el Viejo Sildo vendiendo naranjas, que, desde que los franceses cerraron la frontera, no se pueden exportar y, ya no tanto, pero estos años de atrás, junto con las castañas pilongas y los boniatos, eran casi lo único que teníamos para comer hasta hartarnos.

Cuando no tenía naranjas que vender o, sencillamente, cuando le apetecía, el Viejo Sildo cerraba el puesto, es decir, metía su carro en el mismo cobertizo en que Ramón, el del manubrio, guardaba su organillo, y se iba a vivir su vida.

El Viejo Sildo tenía una idea muy curiosa de la vida.

Bueno, tenía no: tiene. Porque en algún sitio estará. Lo que pasa es que ahora -ya va para dos meses- no sabemos dónde.


Texto de la contraportada

1947. En la radio se oye a menudo el "J'attendrai" -"Yo esperaré"-, de Jean Sablón. De hecho, se está al comienzo de una muy larga y penosa espera: el nacional-catolicismo se halla en su apogeo cuando un muchacho, aprendiz de mecánico, comete un pecado gravísimo y, lo que es aún más grave, se ve envuelto en una acción clandestina contra el Régimen llevada a cabo por quienes cándidamente piensan que, vencidos hace un par de años Hitler y Mussolini, no puede durar mucho Franco.

Magníficamente escrita, y en un sabroso castellano lleno de giros castizos y modismos coloquiales que es muy raro encontrar entre los narradores actuales, contando, además, con la rara cualidad de fluir sin baches ni tropiezos, en esta novela se conjugan humor y ternura con una visión muy crítica de un mundo, por fortuna, ya lejano.

Cuando entre las nuevas generaciones hay cada vez más curiosidad por saber cómo fueron los años que siguieron a nuestra guerra civil, esta novela llega de forma oportuna como testimonio de aquellos años.


Actualizada el 3 09 2008