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Crítica a Olimpo Siglo XX


Publicamos aquí sólo un par de las críticas literarias hechas a la novela.

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Publicación: 
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Tipo: 
Diario
Autor: 
R. B.
Lugar y fecha: 
Madrid, Agosto de 1957

El humor, en sus manifestaciones más variadas, ha invadido la vida y el arte de los españoles. Bajo la forma humorística, los hombres conversan y se comprenden, y se permiten así sonreír a las duras realidades de la existencia cotidiana. Con un chiste se soslaya una terrible evidencia; con una salida ingeniosa se da un quiebro a podredumbres y amenazas.

Hay un Humor que Quiere, pues, evadir la seria, grave responsabilidad; que quiere robar a las cosas su dimensión trágica y convertirlas en frivolidades.

Hay otro humor que quiere distraer. Hacer reír mecánicamente, llegando al absurdo y a. la incongruencia: es el humor de la nada.

Pero hay una tercera y más noble arma del humor: la ironía, el ingenio o la burla, puestas al servicio de la critica, utilizadas como arma de combate, como medio posible de expresión.

Dentro de esta última clasificación está el libro de Juan Pablo Ortega, que es, sin duda, uno de los libros serios que se han escrito últimamente. Eso no quiere decir que la sonrisa no haya aflorado a nuestros labios muchas veces durante su lectura; pero, sin duda, "Olimpo siglo XX" es un libro eminentemente serio.

Los dioses griegos continúan viviendo entre nosotros; setransforman, reencarnan continuamente; pero no desaparecen jamás, porque encarnan verdaderos símbolos: El amor, la guerra, el comercio y el lucro, la sabiduría.

En la fatal división del mundo en dos bandos, los dioses toman partido. Pero falta Júpiter, el caduco Júpiter, con sus rayos ya innocuos. Y mientras Venus, enamorada de Alejo, se queda en la vieja Europa, Júpiter, raptado por Susana Smith -la periodista norteamericana especializada en Arte que desconocía Grecia- llega a los Estados Unidos de la mano de Mercurio -encarnado ahora en desaprensivo hombre de negocios.

El humor de Juan Pablo Ortega no es casi nunca áspero; pero no por eso es menos eficaz. En algunos casos, la ironía llega a ser cruel (como en el triste caso de la señorita Minerva Fernández, aperreada Licenciada en Filosofía y Letras; o en lo que se refiere a Susana Smith y a los americanos), pero, no obstante, muy justa. Es un humor sin frivolidad y sin absurdo, y esto le diferencia netamente de nuestra actual literatura humorística, nutrida principalmente de estos dos ingredientes. Tras cada palabra late aquí una idea sentida y querida, y no un puro juego de trivial ingenio o la deformación fácil y grotesca. ¡Cómo podemos reconocer pueblos, personas o situaciones tras de cada nombre! Así ese extraño país que el autor llama "Amilcaria" y que reconocemos sin esfuerzo.

Por último, algo sobre la manera de decir de Juan Pablo Ortega. Es directa, con uso abundante del diálogo, y de una extraordinaria espontaneidad. Leído todo el libro, nos damos cuenta de que nos ha pasado desapercibido por completo ese intermediario entre las ideas del autor y nuestra comprensión: las palabras. No pesan, no se perciben. Este es el mejor elogio de un estilo.

R. B.


El adelantado de Segovia

Publicación: 
El adelantado de Segovia
Tipo: 
Diario
Sección: 
Libros y revistas
Autor: 
L. M.
Lugar y fecha: 
Segovia, 24 de diciembre de 1956

Casi puede decirse que hasta ahora un gran porcentaje de las-novelas que se han editado siguen la línea argumental de los sucesos que el trance de nuestra guerra llevó a cada uno de los narradores o a sus amigos, con todas sus consecuencias psicológicas. Sobre este tema, existe tan copiosa literatura que si Galdós, redivivo, se propusiera continuar los "Episodios nacionales" no tendría, que molestarse en crear personajes pues que se los encontraría, "fabricados", aunque con mucho menos garbo que los suyos, pero con la ventaja, de ir avalados por tribunales que los dieron su "visado" acompañándoles de premios suculentos.

Suponemos que el tema habrá llegado ya a su momento exhaustivo y en los próximos concursos se tendrá en cuenta para discernir los premios, la calidad literaria, la originalidad y la fantasía del novelista acordada, naturalmente, al tema humano. Y así entraremos por fin en el camino del resurgimiento de la auténtica novela, género literario que tanto prestigió a las letras españolas; desde "La Celestina)" hasta "Los cipreses creen en Dios", novela ésta que, decorada con el paisaje de1a guerra, precisamente, está escrito con la mejor dignidad, salvando con su acento dramático ponderado y justo, el tópico fácil.

La confianza en el valor de nuestros escritores que cultivan la novelística nos la trae la lectura, de "Olimpo Siglo xx", del joven segoviano Juan Pablo Ortega. Esta novela, escrita en estilo fácil y transparente, deriva hacia el sentido del humor y a lo largo de sus 249 páginas, apretadas de observaciones dosificando la fantasía que subordina a un claro sentido humano, expone el autor la presencia en el mundo actual de los dioses mitológicos. Cada uno de ellos encarna en los personajes representativo del momento produciéndose en la vida conforme al sentido que le asigna "el discurso sobre la fábula". Juan Pablo Ortega tiene el gusto de no llegar a la situación de humor según el patrón que podríamos señalar como "codornicesco". Ortega busca en el contraste, si no la línea clásica de Dickens ni la más exagerada de Fernández Florez, un tono medio capaz de provocar la sonrisa de una manera limpia y natural. El humorismo de Olimpo siglo xx. no tiene el rango genial de la creación de un personaje a la manera de un "Pickwit" o de ' un "Carabel", en cuya psicología juega la ternura como elemento para provocar la simpatía, pero se enfrenta valientemente con la situación a que conduce "él ansia de saber", "el amor", "el "afán de poder y de riquezas", "el instinto belicoso"... la vida, en suma.

En esta novela de Juan Pablo Ortega, se advierte un espíritu muy cultivado y una sensibilidad afinada a lo largo de lecturas y observaciones propias movidas en un paisaje de cultura y de buen gusto. "Olimpo siglo xx" contiene capítulos muy logrados, tal por ejemplo, el dedicado a Venus surgiendo desnuda de las aguas del Sena, ante la mirada del comisario comunista o la reacción de Cibeles, situada en Madrid y viviendo con su nieta. Minerva ante las manifestaciones de su otro nieto, Hércules, campeón de fútbol.

Esta novela, cuya aparición señalamos con la satisfacción de haber encontrado -¡por fin!- una lectura novelada original, sin tópicos ni situaciones "prefabricadas". Se la recomendamos a quienes gusten de sonreír. El ingenio, la sensibilidad y la cultura del joven segoviano Juan Pablo Ortega, cuya primera salida a la literatura no ha sido por las "bardas" de un corral, sino por la puerta "grande", abierta al talento y al buen gusto, colmarán de seguro las exigencias del lector más descontentadizo.

L. M.


Actualizada el 3 09 2008