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Crítica a Los americanos en América


Publicamos aquí sólo unas pocas de entre las críticas literarias hechas al libro.

Ínsula

Publicación: 
Ínsula
Tipo: 
Revista
Autor: 
José Luis Albertos
Lugar y fecha: 
Madrid, 30 de mayo de 1970

Una visión humorística de USA.

Hace casi quince años-en 1958 exactamente- apareció un libro de humor en el panorama literario español que mereció una esperanzada acogida por parte de los comentaristas especializados. Este libro fue "Olimpo, siglo XX" y su autor se llamaba Juan Pablo Ortega, un profesor segoviano da Enseñanza Media, dedicado entonces a impartir conocimientos relacionados con el Latín y la Literatura

El silencio de estos años se justifica por los viajes y estancias de J. P. Ortega fuera de España, Lector de español, primero, en la Facultad de Letras de Dijon, pasó después, a Estados Unidos, donde ejerció una labor similar en diferentes centros universitarios: en Maine, en Nueva York y en Vermont.

Ortega ha vuelto hace poco tiempo a España. Su nombre, en los últimos meses, ha aparecido en algunos periódicos españoles. También ha escrito cosas para Televisión Española, aunque su labor en este último campo no ha trascendido todavía al gran público. De su estancia en Estados Unidos de Norteamérica es este libro que recientemente ha editado Dopesa en Barcelona: "Los americanos en América" (1). Mientras vivía en tierras ultramarinas publicó un segundo libro, intermedio entre el "Olimpo" y "Los americanos", titulado "Cuentos de morir" (Nueva York, 1987).

Prescindiendo dé este segundo libro de J. P. Ortega -libro que no conozco-, se puede tender un puente transatlántico entre el primero y el último para entender y valorar más documentadamente la importancia y el significado de la producción literaria de este autor.

Escritor humorista

Ortega es un escritor humorista. Sus libros están escritos en clave de humor, con la sana y filantrópica preocupación del hombre que intenta aligerar a sus semejantes del peso a veces amargo de la existencia Si se considera que "e1 humor es cosa de tono menor, habrá que admitir que los libros de Ortega son libros menores". Pero si se valora el humorismo como algo de vital importancia para defenderse eficazmente de las trampas que nos tiende la organización social en que estamos, entonces hay que concluir que los libros de Ortega son libros importantes y de gran utilidad para, los hombres de hoy.

De el "Olimpo" a "Los americanos" hay un "gran paso en cuanto a la temática y al enfoque crítico del autor. Sin embargo, el estilo humorístico y literario siguen siendo los mismos. En "Olimpo", Ortega lleva a cabo, esencialmente, una crítica costumbrista de la sociedad española. El libro está lleno de referencias, que nos permiten identificar a sus personajes con hombres y mujeres arquetípicos de la España de aquellos años. No hay en " Olimpo" ni !a más velada alusión política -aunque tampoco los años aquellos estaban para alusiones de este calibre-. En "Los americanos", por el contrario, sin entrar exclusivamente en el campo político, muchos de los capítulos hacen referencias a cuestiones que -vistas desde una perspectiva española- tienen claras resonancias políticas: la integración racial, la carrera del espacio, el reparto del mundo en zonas de influencia, la seguridad social, los partidos políticos, las campañas presidenciales, la organización universitaria… Hay que decir que jamás el humor de Ortega es amargo y despiadado. Más bien da la impresión de que siente una gran admiración -"una admiración al 70 por 100- por las cosas que está criticando y haciendo pasar por el desolladero de su experiencia americana. Pero además de los ternas más o menos políticos, Ortega se fija también en otras cuestiones que pertenecen más claramente al mundo de las costumbres y ritos sociales: los deportes, la convivencia entre alumnos y profesores, la pasión por los coches, el crimen, la industria da las "funeral homes", etcétera.

Libertad para decir

Entre bromas y distorsiones intencionadas de ciertos personajes para provocar la caricatura, lo cierto es que en las páginas de este libro hay muchas afirmaciones interesantes y aleccionadoras para más de un español. En algún momento da la impresión de que el autor se está riendo de los americanos, pero está pensando al mismo tiempo en cómo educar, aunque sólo de pasada, a estos queridos e ignorantes sinvergüenzas que somos los españoles. Y como esto está hecho sin pedantería y sin el ánimo pedagógico de un maestro subido en una cátedra, se perdona y se agradece a Ortega que entre broma y broma deje caer alguna que otra pulla especial para celtíberos.

Personalmente, yo prefiero "Olimpo" a "Los americanos", seguramente por la razón de que la crítica del primar libro aunque tan sólo fuera costumbrista, entraba en una zona donde las referencias son más conocidas y propias que el mundo de cuestiones ubicadas allende los mares. Pero al mismo tiempo se le debe reconocer al autor una madurez y unas dotes de observación en profundidad, de las que carecía en 1956.

Ahora, y después de su alejamiento físico e intelectua1 de España, debemos esperar de Juan Pablo Ortega un nuevo libro sobre este país suyo, al que ha vuelto. Un libro escrito con esa libertad para decir que según él caracteriza a los americanos. (Aunque, como también apunta Ortega, muchas veces les falte libertad para decidir lo que quieren decir.

José Luis Albertos


Alerta

Publicación: 
Alerta
Tipo: 
Diario
Sección: 
Libros
Autor: 
C.
Lugar y fecha: 
Santander

Cualquier periodista español sabe de siempre que el espontáneo que acuda solicitando un espacio para sus producciones literarias, en un noventa por ciento de los casos cae por el lado de la filosofía barata o se desploma por la banda del humorismo... o de lo que él cree que es humorismo. Y es lo cierto que si los filósofos de tan augusto nombre escasean, aun es más escasa la cosecha de humoristas. Por eso, el descubrimiento de un autor que de verdad haga literatura humorística, ha de señalarse con piedra blanca.

Juan Pablo Ortega es, en efecto, un humorista. Un humorista que, por supuesto, no relata chascarrillos ingeniosos ni se entrega a los juegos de palabras, sino que ve el lado cómico de la vida que fluye en su torno y sabe hacérselo ver a sus lectores con tanta sencillez como amenidad. En un castellano directo, coloquial, de nuestros días, pero en cuya limpia corrección se adivina la mano del hombre de letras que, por supuesto, no tiene por qué ser un escritor aburrido. Juan Pablo Ortega ha vivido muchos años en los Estados Unidos y siente por este gran país una admiración que confiesa paladinamente en el prólogo de su libro. Pero esta admiración no le ha impedido ver con ironía muchos aspectos cómicos de la vida en los Estados Unidos. Una ironía amable no mordaz. Una ironía inteligente que tiene un evidente valor para el entendimiento profundo de una sociedad en pleno desarrollo, con pleno disfrute de ese alto nivel de vida que todos procuran conseguir.

"Los americanos en América" se lee de un tirón y con deleite. Pero es de justicia subrayar como especialmente logrados algunos capítulos - "Su consolada esposa" "Papeleo y siniestros". "¿Le gusta a usted América?"- escritos como de un solo trazo y en los que el buen humorista que es Juan Pablo Ortega demuestra que el difícil género literario no sólo no es incompatible con el bien escribir sino que no logra su plenitud, más que cuando -como en su caso- se domina el arduo manejo de la pluma.

C.


Pueblo

Publicación: 
Pueblo
Tipo: 
Diario
Sección: 
La ventana de Carmen Llorca
Autor: 
Carmen Llorca
Lugar y fecha: 
Madrid, 30 de diciembre de 1970

Juan Pablo Ortega acaba de publicar un libro sobre "Los americanos en América", Es un conjunto de breves narraciones sobre los temas que, de una manera mas acusada, pueden definirnos el modo de vivir, ser o pensar de un país. Publicado por Dopesa en su colección Documento Periodístico, hay qua añadir a esta, previa clasificación que el libro de Juan Pablo Ortega oscila entre la realidad y la fantasía y que se apoya en los hechos para, arrastrándolos por el mundo de la imaginación, construir breves historias en las que el humor y la ironía sirven al autor para tejer argumentos cuyo desenlace ofrece la clave de la sociedad o mejor, del mundo que trata de definir o ridiculizar.

La sátira que Juan Pablo Ortega utiliza en sus narraciones no está dominada por el deseo de destruir aquello que caricaturiza, sino simplemente de definir con una sonrisa aquello que está condicionando la vida del hombre de hoy y que por el hecho de tener que aceptarlo el hombre intelectual- sobre todo si es europeo-quiere reducirlo a esquemas hechos a la medida de su comprensión humanística. De ahí que estos americanos que Juan Pablo Ortega contempla en América, en su propia salsa, no son muchas veces los verdaderos protagonistas, sino que lo es el escritor europeo que los observa y que vive con ellos la mayor parte de estas historias.

El hombre europeo es un espectador cuya perplejidad es igualmente grande, tanto si se asoma al mundo americano como si se aproxima al mundo del Este, porque las medidas de la armonía que se inventaron en Grecia y han marcado los destinos de nuestra historia y nuestro pensamiento han quedado en ellos desbordadas. Con Juan Pablo Ortega en su libro "Los americanos en América" asistimos a este ensayo de vivir en un mundo cuyas medidas humanas han sido ampliamente rebasadas. Si tuviera que elegir entre sus relatos uno que definiese este desamparo, esta soledad del hombre, citaría "El crimen de artesanía", narración en la que entre la gracia y e! miedo presenta Juan Pablo Ortega ese espectáculo del Metro y ascensores neoyorquinos en los que se puede perder la vida sin mayor timbre de gloria que el de haber pretendido llegar al propio hogar después de una jornada de trabajo.

Cuando la vida diaria de un ser humano está sometida a este asedio, a este riesgo continuo, algo no funciona bien en un país, en una sociedad o en un mundo, Juan Pablo Ortega nos da una selección de todo aquello o de casi todo aquello que no funciona bien. Por ejemplo: las Universidades. Entre la Universidad europea y autoritaria de Napoleón - si bien el gran corso fue menos autoritario de lo que se cree y más organizador, de lo que parece- y la democrática Universidad americana surge una serie de contrastes muy bien aprovechados por Juan Pablo Ortega para presentarnos una de las estampas más divertidas de lo que es uno de esos centros de enseñanza a la vista de un europeo. La clasificación de clientes, para designar a los estudiantes, y la de dependientes, para definir a los profesores, de alguna manera, es un hecho que se abre paso en el mundo con los correspondientes cataclismos.

De humor puro, absolutamente limpio de cualquier otra intención, está lleno el relato titulado "Amor y limites de velocidad". Para un segoviano que ha hecho sus primeros ejercicios de cortejar a una muchacha "dando vueltas a pie por los soportales de la Plaza Mayor de Segovia y por las aceras de la calle Serrano de Madrid", la historia de Johny Samond es algo que pertenece evidentemente a otro mundo.

No menos atinadas son las observaciones sobre el conjunto de pueblos o de seres que tratan de integrarse, en el amplio, y a la vez estrecho, mundo americano. Un negro, después de una llegada decepcionante, pero una vez resuelta su aventura, humana, podrá decir: "Aquí, en Norteamérica, los que realmente mandan son los negros." Y un japonés, muy seguro de su país, juzgará así: "Este es un terreno conquistado. Una colonia del Japón. Ellos creen que es al contrario, pero la verdad es ésa..." ¿Quiénes son ellos? Y ¿qué es Norteamérica?

Juan Pablo Ortega nos ha dado una versión de ellos muy serena y, por tanto, muy profunda, y todo ello envuelto con un amplio sentido del humor y de la síntesis.

Carmen Llorca


Ínsula

Publicación: 
Ínsula
Tipo: 
Revista
Sección: 
Libros
Autor: 
Ramón Barce
Lugar y fecha: 
Madrid, abril de 1971

Juan Pablo Ortega es uno de nuestros mejores humoristas. Sus relatos poseen, aparte de su valor narrativo, un originalísimo humor que sintetiza admirablemente la ironía melancólica y elegante que pudiéramos llamar "norteña" con el rasgo realista y "negro" tradicional castellano. Si en su anterior libro "Cuentos de morir", Nueva York, 1967), predominaba el humor negro y, a veces, el sarcasmo y la amargura, en "Los americanos en América" parece transfundirse a la literatura española la veta más sajona y contemplativa de una dialéctica irónica que se mueve entre la observación profunda de la realidad y lo fantástico y absurdo como reflejo de una actitud asombradamente crítica. Juan Pablo Ortega, que ha pasado varios años como profesor de literatura en los Estados Unidos, ha reunido aquí una extensa experiencia y ha aplicado muy ágilmente una extraordinaria capacidad de observación y de asimilación. Precisamente porque tal observación es circunstanciada y de primerísima mano, lo que encontramos en este libro no son generalidades ni perspectivas políticas o sociales en mayor o menor grado de abstracción, sino la vida norteamericana que entra por los ojos y los oídos y que se refleja en concretísimos bocetos narrativos que constituyen, en cierta manera, verdaderos cuadros de costumbres.

Por la misma razón es inútil buscar una valoración global del carácter o de la ideología norteamericanos: el lector, por su cuenta, puede sacar las consecuencias que prefiera. Todo lo que Juan Pablo Ortega nos muestra aquí, con ligereza periodística pero con hondura y estilo de gran altura literaria, es "materia viva" contemplada por un observador dispuesto, muy ingenuamente en apariencia, a admirarse ante todo lo diferencial, curioso y contradictorio de la psicología norteamericana. Cada uno de los trece relatos que componen el libro presenta un aspecto característico de la vida en los Estados Unidos: desde "El trágico final del profesor Petar P. Pereson" --donde se analiza certeramente el problema de la enseñanza- a "El método psicoanalítico del doctor Pyconsky", que nos acerca a la obsesión ineludible por los psiquiatras; desde "El fichaje de Pepín Goñi en América", que nos habla de otro rasgo universitario y deportivo, a "Los proyectos da mi amigo, David Goldman, aguda sátira de los procedimientos, para obtener el triunfo político; desde el "Papeleo y siniestros en Chichítowa College", crítica de la supereficiencia, a "Su consolada esposa", preciso retrato de los "funeral homes"; y desde los vagabundos neoyorkinos de Bowery hasta la fantástica alucinación amorosa de la historia que cierra el libro.

Como tantas veces se ha dicho, el humor puede ser la más seria explotación de la realidad. En el caso de Juan Pablo Ortega esto resulta enteramente cierto: pocas veces habíamos aprendido tanto sobre Norteamérica en un libro. Sobre una Norteamérica vista desde dentro, desde su misma vida provinciana y profesional, captada en su entraña cotidiana, en su más íntimo funcionamiento, en sus más arraigados sentimientos y actitudes. La de Juan Pablo Ortega es una Norteamérica "sine ira et studio" y con irresistible gracia. "Los americanos en América" es un libro inteligente, delicioso y clarividente.

Ramón Barce


Informaciones

Publicación: 
Informaciones
Tipo: 
Diario

El moto-amor, las viudas como grupo de presión, el famoso Complejo Industria-Ejército, la religión a lo Billy Graham, los atracos en los ascensores, las convenciones monstruo, los entrenadores que hacen la ley en universidades y colegios, los seguros de todo y contra todo, los insustituibles barmans, los psicoanalistas, la cuestión racial, la guerra de Vietnam, las drogas, los hippies, la razón de que los americanos sonrían tanto, su técnica de la propaganda, el papeleo entre ellos y una infinidad de cosas más en una serie de sabrosísimos -y muy periodísticos- relatos con los que el humor español vuelve por sus fueros... en América. De su autor, Juan Pablo Ortega, ha dicho la crítica:

«Cuando se afirma por sesudos varones que los relatos de humor no tienen ninguna importancia dentro del actual panorama de la literatura española, es grato remitirnos a este de Juan Pablo Ortega, ya que permite saludar la aparición de un buen cultivador de este difícil género literario.»


Índice

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Índice
Tipo: 
Diario

«Pero hay una tercera y más noble forma del humor: la ironía, el ingenio o la burla puestas al servicio de la crítica, utilizadas como arma de combate, como medio posible de expresión. Dentro de ésta última clasificación está el libro de Juan Pablo Ortega, que es, sin duda, uno de los libros serios que se han escrito últimamente.»


Vanguardia española

Publicación: 
Vanguardia española
Tipo: 
Diario

«Es un chispeante diagnóstico escrito con el desenfado impuesto por el humorismo más en boga.»


Actualizada el 3 09 2008